La detención de 32 personas, entre policÃas y médicos legistas, ordenada en las últimas horas por el juez federal Carlos Vera Barros por la muerte de Franco Casco en una comisarÃa de Rosario remite directamente al caso de Santiago Maldonado, el joven que desapareció tras un operativo de GendarmerÃa en Chubut.
Durante dos meses, la causa Casco tuvo que sortear las resistencias de sectores del poder polÃtico y judicial para que, al igual que con Maldonado, se caratule como "desaparición forzada de persona", debido a los 23 dÃas en los que el paradero de Franco estuvo desaparecido.
Con esta medida, el expediente pasó al fuero federal donde las lÃneas investigativas recayeron sobre el accionar de la policÃa y se comenzó a desandar los testimonios falsos, encubrimientos y adulteraciones de pruebas.
Ahora, el juez en consonancia con el fiscal Marcelo Di Giovanni detuvieron con pedido de indagatoria a 32 personas de las cuales cinco son integrantes de la Dirección de Asuntos Internos, entre ellos su jefe AnÃbal Candia, quien revestÃa como titular de la ComisarÃa 7ma al momento de la desaparición.
El hecho ocurrió la noche del 6 de octubre del 2004 cuando a Casco se lo llevan detenido a la comisarÃa. Su cuerpo apareció el 30 del mismo mes flotando en el RÃo Paraná. "Hasta que la jueza Bernardelli decidió pasar la causa a la justicia federal como desaparición forzada, estuvo caratulada como búsqueda de paradero", indicó a LPO el abogado Gabriel Ganón por entonces defensor oficial de Santa Fe.
Ganón desde un principio insistió en la responsabilidad policial y en la necesidad de que pase a manos de la justicia federal porque consideraba que "estaba todo preparado para correr el eje de la investigación ya que en el gobierno se machacaba con que Franco estaba vivo y después, cuando apareció el cuerpo se presentaron muchÃsimas irregularidades".
De hecho, el entonces secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad, Ignacio Del Vecchio, actual secretario de la Producción de Rosario, un par horas antes de que aparezca el cuerpo de Casco habÃa realizado una conferencia de prensa afirmando que el chico estaba con vida y se lo seguÃa buscando, recordó Ganón.
El caso
Franco Casco, un joven de 20 años, habÃa viajado de Florencio Varela a Rosario para pasar un par de dÃas con unos parientes. La última vez que se lo vio con vida fue el 6 de octubre de 2004 la noche que se disponÃa a volverse a su casa. PolicÃas de la ComisarÃa 7ma lo detuvieron y nunca más se supo de él.
A partir de entonces, la familia Casco vivió un calvario que duró 23 dÃas hasta que el cuerpo de Franco apareció flotando en el RÃo Paraná. En un principio, la policÃa negó haber detenido al chico y en todo ese tiempo aparecieron varios testigos que afirmaban haberlo visto en jurisdicción de la comisarÃa.
Durante la desaparición habÃan trascendido distintos "testimonios" que aseguraban haberlo visto desnudo por la calle o viajando en colectivos o taxis, versiones que fueron avaladas por autoridades policiales y funcionarios polÃticos.
Una vez rescatado el cuerpo del rÃo, la fuerza no tuvo más remedio que reconocer que habÃa sido detenido por un llamado de un vecino que denunció al joven por actitud sospechosa. Luego, se confirmó que el denunciante tenÃa un vÃnculo cercano con el comisario AnÃbal Candia, uno de los indagados por la justicia federal quien actualmente es jefe de Asuntos Internos.
Por otro lado, los estudios forenses también fueron impugnados por el abogado de la familia ya que las autopsias afirmaba que el cuerpo no presentaba signos de violencia. De hecho, según relató a este medio Gabriel Ganón, se comprobó que las pruebas de ADN habÃan sido adulteradas y ahora la familia pide que se vuelvan a realizar porque sospechan que el cuerpo que enterraron no sea el de Franco.
Esto explica la detención del médico forense Raúl RodrÃguez, que realizó la autopsia, y a dos peritos odontológicos junto a la médica policial sospechados de encubrimiento. Además, el libro de guardia no registraba el ingreso del joven a la dependencia y los detenidos en las celdas, los últimos en ver a Franco con vida, fueron amenazados para que no presten declaración.
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- 308/09/1716:37Se lo llevó gendarmería después de una brutal represión? No, entonces no remite un carajo.
- 208/09/1711:02me tiene repodrido toda esa basura kirnerista y zurda golpìsta que inventan culpabilidades del gobierno en la desaparicion de maldonado. ¿Cuantos "desaparecieron" durante los doce años kirneristas?BASURAS
- 108/09/1710:56Otro caso de abuso es el siguiente....En Rosario Imputaron a un policía por homicidio y a otros 17 por encubrimiento por abuso en la causa que investiga la persecución vehicular y balacera que terminó con la vida de David Campos y Emanuel Medina.....Otro caso es el de la docente muerta en la comisaría N° 10 de Rosario donde la mujer fue a realizar una denuncia y salió muerta, los familiares indican que la mujer presentaba 90 moretones en el cuerpo....esto es una locura a la fuerzas de seguridad se les está yendo la mano....aflojemos muchachos!!
A raÃz de la desaparición de Santiago Maldonado, se comenzó a debatir si correspondÃa o no la figura de "desaparición forzada de persona" que, según el artÃculo 142 ter del Código Penal impone entre 10 a 24 años a quien prive de la libertad a una o más personas seguido de falta de información sobre su paradero.
Dicho artÃculo adecuó el Código Penal a lo esgrimido por la Convención Interamericana Sobre Desaparición Forzada de Personas. "Se aplica cuando los autores son funcionarios públicos o personas privadas que actúan con ayuda o encubrimiento estatal", afirmó a La PolÃtica Online, Mariano Bär, abogado constitucionalista de Santa Fe.
"Es el propio Estado el que se niega a reconocer la privación de la libertad o a informar el paradero de una o más personas", explicó el letrado. A su vez, recordó que la desaparición forzada se tipificó a raÃz del caso Iván Torres ocurrido, precisamente, en Chubut en 2003.
Respecto al requisito de sistematización para encuadrar la desaparición forzada, Bär indicó que no define la figura sino que determina si hay lesa humanidad o no, aunque reconoció que hay discusión doctrinaria sobre este último punto.